Nuestra fe y enseñanzas se basan en la Biblia y en la doctrina luterana. Según el principio de la Reforma, la Biblia es la autoridad máxima para las cuestiones de fe y de la vida. Todo lo que enseñamos debe ser estudiado a la luz de la Biblia. Pensamos de acuerdo con Martín Lutero, que el ser humano se justifica solamente por fe, solo por gracia, y solo por el mérito de Cristo.
El mensaje principal en los sermones y enseñanzas de los lestadianos conservadores es el anuncio de la obra expiatoria de Cristo. Por su sufrimiento, muerte y resurrección, Jesús ha liberado a los seres humanos del poder del pecado. Por la fe, el hombre llega a tener parte de esta redención, pero sin fe es imposible agradar a Dios. La fe viene por oír y recibir la enseñanza que está de acuerdo con la palabra de Dios. Es completamente un trabajo de Dios en el ser humano; no hay ni una parte que sea del mérito o acto de nosotros mismos. Aún así, pensamos que la fe se muestra en nuestra vida en las obras de amor y en los frutos del Espíritu Santo, como enseña la Biblia.
Creemos, conforme con la doctrina luterana, que Cristo sigue trabajando en el mundo por medio de su congregación en el Espíritu Santo. Jesús encargó el ministerio y la autoridad de predicar el perdón de los pecados a sus discípulos. Creemos, que todos los seguidores de Jesús, es decir los creyentes, en todos los tiempos, tienen esta misma tarea y autorización. Por eso, conforme al mandamiento de la misión, predicamos el evangelio o sea la buena nueva de Jesús a todos. El mensaje más importante del evangelio es la promesa del perdón de los pecados en el nombre y sangre de Jesús. Él que cree ello, tiene todos sus pecados perdonados por la gracia de Dios. De este modo, Dios justifica al ser humano por medio del Espíritu Santo en su congregación.
ALGUNOS CONCEPTOS CENTRALES DE NUESTRA FE
LA FE es un don de Dios y proviene de la obra redentora de Cristo. Por su Gracia, Dios lo regala a todos los niños al nacer. Un niño cree y por eso Dios le acepta aunque no entendiera aún ninguna cosa. La fe se apaga si uno no lo cuida en la unidad de la congregación de Dios. El que ha perdido su fe debe arrepentirse para que pueda volver a la comunión con Dios.
EL BAUTISMO es un pacto de buena conciencia con Dios. A través del bautismo, un niño o un adulto, es acogido para ser cuidado en la comunión de la congregación de Dios. El bautismo llama y compromete al bautizado a vivir como creyente en la comunión de la congregación y a los padres y padrinos a enseñarle todo que Jesús ha mandado que enseñemos.
EL ARREPENTIMIENTO es un cambio de mente. Ocurre cuando una persona se arrepiente de sus pecados y pide que le sean perdonados y luego un creyente los perdona con la autoridad dada por Dios. Lo esencial del arrepentimiento es que el arrepentido reciba con la fe la absolución que le fue predicada. Es Dios quien verdaderamente perdona los pecados pero Él actúa por medio de los hombres y de este modo justifica al penitente. Una parte central del arrepentimiento es renunciar a los pecados.
LA SANTA COMUNIÓN es una cena conmemorativa instituida por Jesús. Según las enseñanzas de Lutero, participar a la comunión exige un corazón creyente y está destinada a fortalecer la fe. Es esencial que el comulgante crea que en la comunión toma el cuerpo y la sangre de Cristo. Recibir la Sagrada Comunión es una parte integral del cuidado de la fe.
EL ESFUERZO es una parte diaria de la vida en fe de cada cristiano. Luchar en fe significa que el creyente intenta evitar todo lo que le aleje de Dios y así llegue a poner en peligro la fe. La lucha por la fe o el esfuerzo es una parte importante del cuidado de la fe que incluye: escuchar la palabra de Dios, recibir la Sagrada Comunión, tener comunión con los cristianos, pedir perdón y perdonar y confesar los pecados. El esfuerzo no es trabajo propio de un cristiano sino que Dios le da el deseo de luchar en fe y su poder para ello.
PEDIR PERDÓN Y PERDONAR son una parte esencial del cuidado de la fe. La fe nos dirige a pedir perdón siempre cuando hagamos algo contra la voluntad de Dios u ofendamos a alguien. Tambíen nos enseña que perdonamos a los que nos ofenden. El perdón no es solamente una reconciliación entre los hombres, sino creemos que con ello Dios remite nuestras ofensas.
LA CONFESIÓN es un acto en el que un creyente confiesa sus pecados al confesor, es decir a otro creyente de confianza, que le predica el perdón de los pecados con la autorización de Dios. La confesión es voluntaria y confidencial. El deseo de dejar el pecado es una parte esencial de la confesión. El confesor no tiene permiso de contar a los otros los asuntos confesados. Sin embargo, en caso de un delito, el confesor tiene la responsabilidad de que el asunto sea puesto en conocimiento de las autoridades.
LA CONGREGACIÓN DE CRISTO es la comunión de los creyentes sobre la tierra y es convocada por el Espíritu Santo. Al estar en esta comunión, los creyentes tienen una conexión viva con Cristo y entre ellos. La congregación no es primariamente una comunidad externa o física sino que los miembros están unidos por medio de la fe personal del corazón. La comunión externa viene del hecho de que los miembros de la congregación luchan en una fe semejante entre ellos.
EL REINO DE DIOS tiene dos partes: la congregación aquí en la tierra que sigue luchando en fe y la congregación celestial que ya está regocijándose. Todos los que permanezcan en la comunión de la congregación de la tierra hasta el fin de su vida, asimismo un día, alcanzarán la alegría de la congregación celestial.